Parecía que, tras el partido espectacular realizado por Holanda ante la campeona del mundo en la primera jornada del grupo, el partido ante Australia sería asequible para los de Van Gaal, pero nada más lejos de la realidad. Los orange tuvieron que sufrir la gota gorda ante una Australia muy combativa que en todo momento le plantó cara a Holanda a pesar de su teórica inferioridad. Ambos conjuntos repetían onces de la primera jornada presentándose de la siguiente manera:
Louis Van Gaal volvía a confiar en la defensa de cinco, con los incansables de Guzmán y de Jong por delante de ellos y los 3 fantásticos en punta de lanza, Robben, Sneijder y van Persie. Australia salía con 4-2-3-1 con Jedinak comandando el medio campo y el eterno Tim Cahill en punta de ataque.
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| Onces del encuentro (sharemytactics.com) |
El partido comenzó frío para ambos, con tímidos acercamientos por parte de ambos (más peligrosos por el lado australiano) pero sin ningún equipo capaz de hacerse dueño del partido. Fue ahí cuando,en el minuto 20, surgió la figura de uno de los mejores jugadores de lo poco que llevamos de Mundial, Arjen Robben. El holandés lanzó una de sus rápidas contras cogiendo a la defensa australiana descolocada, van Persie, con un movimiento muy inteligente arrastró al central australiano abriendo pasillo a Robben que sólo ante Ryan puso el 1-0 en el marcador. Pero poco o nada le duraría la alegría a los de los Países Bajos, prácticamente al sacar de centro, McGowan ponía un centro perfecto a Cahill, que, en una volea aún más perfecta empataba el partido con un auténtico golazo. El partido estaba vibrante, con ocasiones en ambas áreas, van Persie pudo adelantar a los orange con un gran remate de cabeza al que Ryan respondió bien, aunque de todas maneras, el partido seguía sin un dueño claro. Al borde del descanso el central Martins Indi se lesionaba y tenía que abandonar el campo por Depay, que luego sería protagonista.
Nada más comenzar la segunda parte, van Persie vería la tarjeta amarilla por una falta que le hará perderse el tercer partido ante Chile donde se jugarán el liderato del grupo. Poco después, en el minuto 53 Janmaat tocaba claramente el balón con la mano dentro del área y el árbitro señalaba penalti. Jedinak sería el encargado de transformarlo y poner a los australianos por delante en el marcador. Saltaba la sorpresa, Australia ganaba a Holanda jugándole de tú a tú, pero, como se suele decir, poco dura la alegría en casa del pobre y tan sólo 4 minutos después, en un despiste de la defensa australiana, Robin van Persie conectaba un disparo inapelable dentro del área al que nada pudo hacer el meta Ryan.
En el minuto 74 llegaría la jugaa clave del partido, Leckie le ponía un balón de oro a Tim Cahill que sólo ante Cillessen remató con el pecho atajándola así el portero holandés. Segundos después, el incorporado a finales de la segunda parte Depay, lanzaba un genias disparo desde unos 25 metros a la base del poste derecho de la portería de Ryan, que, quizás, pudo haber hecho algo más. Holanda se ponía por delante en el marcador sin ser, para nada, superior al equipo australiano. El míster australiano retiraba a un exhausto Tim Cahill y a Oar por Halloran y Taggart, dos hombres de refresco en busca del gol del empate, pero éste no llegaría.
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| Así acabaron ambos equipos el partido. El paso al 4-3-3 fue clave para Holanda en la victoria. |
A raíz del tercer gol el equipo de van Gaal supo manejar bien los tempos del partido y dormirlo con pérdidas de tiempo y sustituciones, incluso, teniendo un par de ocasiones para incluso lograr el cuarto gol. Holanda sumaba así su segunda victoria en dos partidos en un partido más sufrido de lo esperado y luchará ante Chile por el primer puesto del grupo. Mientras tanto los australianos se despedían de cualquier opción de llegar a octavos de final con la cabeza bien alta, y se enfrentarán a España en un partido en que ninguno de los dos se jugarán algo más que la honra de despedirse de este torneo con victoria.
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