jueves, 19 de junio de 2014

Corea sorprende a una Rusia sin ritmo

El grupo H es uno de los más igualados de todo el mundial. Rusia y Corea se enfrentaron en lo que sería un partido clave para opositar por la segunda plaza debido al claro favoritismo belga. Los rusos de Capello llegan con una selección joven a lo que supondrá un antecedente a su mundial. Corea es una incógnita. Aúna un gran número de jugadores jóvenes y puede acusar la falta de experiencia. Las claves del encuentro fueron las siguientes.




Park era la referencia del equipo asiático, mientras que Son, el jugador del Leverkusen, se encuadraba en la banda izquierda desde donde partía con velocidad. Corea comenzó aguantando a Rusia en una 4-4-2 en repliegue, donde se quedaban arriba Park y Koo. En este repliegue destacaban las ayudas de los bandas a los laterales. Ahí destacaba la intensidad defensiva de Chung Yong. Koo se movió por todo el flanco atacante, ayudando en la salida y realizando grandes disparos desde media distancia con ambas piernas. EL avance con balón se producía a gran velocidad, aprovechando los espacios a la espalda que dejara su rival. Chung Yong aportó con balón. En vez de irse hacia el exterior por banda, se metía hacia el interior y se juntaba con los mediocentros.

Park apenas aportó en ataque, salvo en alguna jugada donde entraba a las espaldas de la defensa en ruptura desde atrás. La falta de un creador claro marca el juego de Corea. Son hizo daño desde la banda izquierda tras el robo en campo propio y con la salida rápida al contragolpe. En defensa destacó Kim Young-Gwon como un central de buen trato de balón que tiende a la banda para dar salida por ahí y coloca buenos balones largos. En repliegue los mediocentros salían a achicar espacios, no se quedaban estáticos. Han, junto con Ki en el doble pivote, achicaron espacios y  salían para tapar tiros lejanos. Ki se metía entre los centrales para ayudar en la salida de balón. Son retrasaba mucho su posición para entrar en contacto con el balón. Las pérdidas del rival en la salida favorecían por las transiciones rápidas de los coreanos.  



Los espacios que los rusos concedían en el inicio de la segunda parte favorecieron los disparos lejanos de los coreanos, que Akinfeev no supo atajar. El portero ruso ofrecía dudas, con problemas ante todos los disparos que le realizaron. Un Park desaparecido se marchó por Lee Keun-Hoo, que aportaría más profundidad y dinamismo a los coreanos desde el interior a la banda. De un disparo suyo Corea se adelantó en el marcador. Los coreanos olieron sangre con disparos lejanos y los rusos no tapaban esa opción. Lee lo volvió a intentar y Akinfeev falló estrepitosamente. El portero del CSKA no logró poner duras las manos y el balón se le escapó y acabó al fondo de las mallas. Tras el gol Corea se vino algo abajo, queriendo amarrar el resultado inconscientemente. La juventud defensiva se hizo notar en algunos despejes dudosos. Uno de esos despejes provocó el gol de Kerzhakov.

Una Rusia plana

Capello encaraba el partido dejando a su máxima estrella en el banquillo. Dzagoev no era de la partido y sí un mediocampo muy llegador y unas bandas veloces para buscar rápidas transiciones. Kokorin era la referencia rusa, pero encuadrado en esa posición no tuvo influencia en el juego de Rusia. Gluzhakov tenía la misión de parar todos los ataques rusos, robando y dando salida. Los hombres de tres cuartos se meten entre las líneas de los coreanos y los laterales se incorporan al ataque, lo que desencadena en buenos balones desde la banda. Ante la presión coreana en salida en algunas fases del juego, los centrales enviaban balones arriba para Kokorin, pero este lo tenía difícil al pelear él solo con los dos centrales. Con el rival en posesión de balón, se repliega en 5-4-1 con Glushakov entre los centrales. Cuando el rival se incorporaba al ataque y no finalizaba jugada, Zhirkov era una solución para llevar el balón rápido a posiciones atacantes. Lo más destacable de Rusia es que  fue muy plana durante todo el encuentro. La falta de un jugador de perfil creativo fomentaba un ritmo lento de partido, pero vertiginoso por los contragolpes de los coreanos.


Fue en la segunda parte cuando Fayzulin pudo llegar por primera vez al área de Corea. El comienzo fue bastante intenso, comparado con lo realizado hasta esos minutos por parte de los jugadores de Capello. Además de aparecer en ataque, Fayzulin también se juntaba al mediocentro para favorecer la salida. Los dos interiores mordían ante la salida de balón rival. Conforme pasaban los minutos, Rusia iba sufriendo las acometidas de los rivales en contras. Corea comenzó a lanzar grandes disparos desde lejos sin oposición y Akinfeev  no estuvo nada acertado. La reacción al gol fue buena en cuanto a temporalidad, ya que no pasaron más de diez minutos entre los dos goles. Capello reaccionó y cambió al equipo. 

Se pasó a un 4-2-3-1 con Dzagoev de mediapunta, Samedov en la derecha, Kokorin en la izquierda y  de nueve Kerzhakov. Fue el ex delantero del Sevilla el que marcó el gol del empate salvando un “match ball” para Rusia. Un mal despeje y un rebote le calló al delantero recién salido. Este se giró y disparó haciendo gala de su agresividad ofensiva. A partir de ahí poco más. Rusia lo intentó a impulsos y Corea se conformaba. El empate fue lo más justo en un encuentro vertical y plano a partes iguales. 


Christian Sánchez de la Blanca Portillo

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