Al calor de Karim

Francia salió de su envoltorio sin la marsellesa pero con líder. No temió por la escena ni por la expectación. Benzema y sus colegas son de menta, elegantes y contemporáneos. Ante Honduras y en Porto Alegre, por 3 a 0. Una selección renovada y romántica debutó en el Mundial con victoria y firmeza.

Onces del encuentro (sharemytactics.com)

Comenzaron perezosos, el balón no corría y los hondureños les arañaban con maldad en cualquier acción atractiva. Varane y Valbuena los más precisos, mientras que Cabaye era incapaz de profundizar. Pasaban los minutos y Honduras mordía con terrible agresividad, los buenos se desquiciaban. Pogba pataleó tras ser pisoteado por Palacios, rozando ambos la expulsión y el llanto. A los galos les costaba, pero dos coletazos en forma de disparo al larguero alentaban sus fuerzas. Griezmann fue el primero en contagiarse de la efusividad de Valbuena, que anduvo eléctrico cada vez que agarró el balón. Los tres de arriba lanzaban por fin imágenes creativas, su mayor virtud, y Karim empezó a sonreir. Un penalti con suplemento (expulsión de Palacios) fue el regalo goloso a las buenas intenciones francesas. Benzema taconeó y golpeó como si supiese que viviría una velada espléndida. Gol.

El 1-0 y el 11 a 10, la excusa perfecta para que los hombres de Didier Deschamps terminaran de explotar. Cada roce de Karim con el cuero era un aporte de calor, su omnipresencia apabullaba, confianza rozando excelencia. El 10 más elegante jugando con polo, el de las competiciones grandes. Cabaye ya era profundo y Benzema anotó el primer gol tecnológico de la historia. Francia proponía a las órdenes del sentido almibarado  de su capitán conceptual. Matuidi y Debuchy sorprendían. Honduras sin manos ni piernas, no podía cruzar la frontera. Llegó el 3-0 en un latigazo del rey Karim, colosal. El líder que no necesita chillar, el brillo de sus ojos marcará el devenir de la selección de Marion Cotillard.