lunes, 26 de mayo de 2014

Análisis de Brasil: el sextete como necesidad



Llegó la hora de la mejor selección de la historia del fútbol. Llegó el momento de Brasil, el país más laureado en los Mundiales y el anfitrión del que se nos viene. La gran favorita, la que casi está obligada a ganar para no decepcionar a una afición que tiene puestas muchas expectativas en este grupo después de la buena actuación en la Copa Confederaciones. Una victoria significaría la gloria; una derrota, quizá el fracaso. Nadie puede imaginar lo que supondría otro Maracanazo, el mazazo más duro de la historia de la Canarinha. A estas horas, todos piensas en positivo. 

La gente está entusiasmada con el grupo y cree que es capaz de regalarle el sexto trofeo para dejar en el olvido aquella derrota que de no haberse producido hubiera significado el primero. La Seleção quiere escribir otra página de oro en la historia del balompié, y quién mejor para hacerlo que esta generación de futbolistas liderada por el nuevo rey, Neymar, que quiere convertirse en eterna. La gran favorita entrará en acción el próximo 12 de junio, y espera alzarse con el título justo un mes y un día después, como ya hicieron en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002. Claro está que no lo tendrá fácil, pero éste es el objetivo. Hoy, lo analizaremos.

Luiz Felipe Scolari fue de los primeros seleccionadores en dar su convocatoria y no pasó desapercibido. La decisión trajo cola, pues se habló de injusticia con varios jugadores, especialmente con los del Atlético de Madrid: Miranda y Filipe Luis. En todo caso, el que ya fuera campeón en 2002 tuvo muy claro el grupo que quería formar de principio a fin, y vio oportuno dejarlos fuera. Éstos serán los afortunados que sí que estarán:



El equipo parece sólido y con opciones a todo, pero deja algunas dudas en varias demarcaciones. Con un doble pivote muy diferenciado y no extremadamente creativo aguantarán el centro del campo, y arriba serán claves las bandas para desequilibrar. Pero seguramente será Oscar la clave de la creación, pues será necesario canalizar el juego y él será el encargado de hacerlo. El del Chelsea se postula como el jugador más determinante para desequilibrar en zona de tres cuartos. Felipão le dio el protagonismo y él aceptó.




Enlaza delanteros con mediocentros, lidera la mayoría de jugadas de ataque y aporta movilidad gracias a su inteligencia, visión de juego y, sobre todo, calidad técnica. Un jugador total que estará escoltado en ambas bandas por dos de los extremos más desequilibrantes del mundo: Neymar y Hulk. El primero será la estrella que buscará coronarse para sentarse en un trono que ya han ocupado leyendas más que conocidas mundialmente. El segundo es uno de los futbolistas más potentes del mundo. Desde luego, el equipo tendrá opciones de abrir a la banda y buscar la profundidad desde ahí para buscar el ataque si el partido se complica. Los laterales pueden estar preocupados.



Y parece que no tanto los centrales, aunque está claro que dormir tranquilos no van a poder. El aparente bajón de calidad en la posición de delantero centro han despertado varias críticas respecto a la capacidad goleadora de la Verde-amarela. Los puntas de los que dispondrá Scolari, Fred y Jô, no son demasiado reconocidos. Si bien son considerados grandes estrellas en su país, no tienen mucho valor en el resto del planeta y esto lo pueden acusar. Pero todo son especulaciones, ya que el de Fluminense jugó como titular en una Confederaciones en la que Brasil maravilló, marcando cinco goles. Que se lo pregunten a España, si vale, que recibió dos goles del ariete de 30 años.

¿Volverán a mirar la medalla de campeones los dos mejores jugadores del ataque brasileño?

Pero aparte de la demarcación más adelantada del terreno de juego, la que ha recibido más críticas es la media. El doble pivote presenta muchísimas opciones y es donde quizás se manejan más alternativas: Paulinho, Luiz Gustavo, Fernandinho, Ramires y Hernanes se pelearán por los dos puestos. Jugadores de características distintas, pero ningún futbolista extremadamente dotado técnicamente. Los que parecen destinados a la titularidad son los dos primeros mencionados, ya que demostraron el verano pasado que son totalmente válidos para la élite. Tanto el del Wolfsburgo como el del Tottenham son jugadores que pueden defender y a la vez empezar a crear juego si reciben ayudas, por lo que no estaríamos hablando de un doble pivote muy tosco. Si se alternan bien el trabajo y vuelven a entenderse bien, Brasil tiene las de ganar. Otra opción bastante probable es introducir a un jugador con más vuelo para tener más presencia en ataque en campo contrario. Este mediocentro podría salir de Ramires o Fernandinho, hombres que actúan mucho más liberados y que llegan al área contraria con frecuencia.


Si cierran tan bien las líneas como en la anterior Copa Confederaciones, llegarán muy lejos.

 Pero tampoco deben permanecer siempre en la ofensiva. Los dos hombres que actúen por delante de los centrales deberán seguir haciendo un trabajo de sacrificio tan importante como es el de cerrar líneas para tapar espacios en zona de tres cuartos rival, donde más peligro pueden crear en la mayoría de los equipos. Para ello, deberán estar atentos los defensas. Thiago Silva y David Luiz formarán una pareja que se repetirá la temporada que viene, después de que se haga oficial el fichaje del segundo por el PSG y conocerse que serán compañeros en el club parisino. Los dos forman un dueto más que fiable, siendo uno de los puntos fuertes de este conjunto: Silva es uno de los centrales más consolidados del mundo del fútbol, y Luiz, pese a que muchas veces es criticado, sabe explotar bien sus cualidades y además tiene un buen trato del balón. Ambos se compenetran muy bien entre sí, y también con los laterales. 

Si no hay sorpresas, serán Marcelo y Alves los que ocupen el flanco izquierdo y derecho de esta línearespectivamente. Ambos son jugadores bastante ofensivos, con bastante presencia arriba en jugadas de ataque, pero deberán vigilar las espaldas en momentos de contraataque. Es por eso que aquí será clave que uno de los mediocentros se muestre más conservador, pues es necesario que baje entre los centrales y que éstos se abran para tapar las bandas aprovechando su velocidad. Así son las transiciones defensivas cuando los dos laterales han subido, pero se deberán concienciar de que no podrán permanecer siempre en ataque. Si de verdad quieren ayudar, tendrán que sacrificarse un poco en defensa. Y si no ayudan en defensa y el equipo rival supera todas las líneas, deberá entrar en acción Júlio César. El del Toronto ha perdido mucha calidad en los últimos años, pero es un portero válido para la selección, pese a la lógica disminución de velocidad. Siempre ha cumplido y sería una sorpresa que decepcionara, así que esperemos que esté a la altura.


 JUGADOR REVELACIÓN

Tiene 21 años y aún no ha explotado definitivamente, pero nadie duda de su calidad. Bernard demostró lo que valía en Brasil y eso le abrió las puertas a Europa, donde decidió recalar en las filas de un Shakhtar que pagó la suculenta cifra de 25 millones de euros al Atlético Mineiro. Pero parece que el club ucraniano se le queda pequeño a un jugador que cuando explote se puede colocar entre los mejores del mundo. Su posición natural es la de extremo izquierdo, pero también puede actuar en el otro costado o incluso de mediapunta. Bajito, con mucha calidad y desequilibrio, es capaz de volver locas a todas las defensas con su agilidad. No será titular, pero partiendo como suplente podría tener algunos minutos en las segundas partes.



JUGADOR CLAVE

El mejor futbolista de esta saga y el que está destinado a coger el relevo de estrellas históricas como Pelé, Garrincha o Ronaldo. El jugador más prometedor del país, pues no olvidemos que solo tiene 22 años y que su etapa en Europa justo acaba de comenzar. En el Barça aún no ha destacado en exceso, pero ha dejado destellos de la calidad que ya demostró en su país natal. Talentoso y desequilibrante, parece que baila cuando tiene el balón en los pies. Pero además se ha deshecho de aquello que se decía cuando se le tachaba de individualista y poco trabajador demostrando que es un jugador que se sacrifica mucho por su equipo y que va siempre a la presión. La selección es Neymar y diez más, y es que el ex del Santos ha hecho méritos para que se le considere el mejor del equipo. Siempre aparece, y quizá sea por eso que sea la primera opción en los ataques: pasarle el balón es sinónimo de peligro.



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