miércoles, 26 de marzo de 2014

Fährmann y diez más

El derbi del Ruhr fue de todo menos entretenido. Ambos equipos salieron con un 4-2-3-1 y continuaron así durante el resto del partido. Pocas ocasiones, poco fútbol, y demasiado control táctico de ambos. Pero empecemos por el principio.

PRIMERA PARTE
En la primera parte, el BVB buscó tener la posesión, subidas constates de los laterales, cogerle las espaldas a la defensa del Schalke, pero la alta presión que supo realizar a la perfección durante el primer tiempo el equipo de los mineros, consiguió que el Borussia no llegase prácticamente a la meta de Fährmann. Hay varios detalles que debemos analizar en el planteamiento del Schalke, empezaremos con Draxler. El míster, le pidió al mediapunta que hiciese constantes coberturas a Kolasinac, pero el chaval no supo llevarlo a cabo y esto propició que el poco peligro que en la primera parte pudo crear el Borussia llegase por esa banda. En cuanto a su disposición en ataque, siempre buscaban arrastrar a la defensa con los extremos y conseguir crearle huecos a Huntelaar en el área del Borussia, pero esto tuvo escaso efecto. Transiciones demasiado rápidas defensa-ataque que nos dejaron una primera parte un tanto decepcionante. En cuanto al Borussia, más de lo mismo, demasiada velocidad en las transiciones defensa-ataque pero eso si, con la bola. En ataque buscaba constantemente balones aéreos y jugadas a balón parado ya que Klopp sabía perfectamente que el Schalke tiene demasiadas lagunas en este ámbito. Ambos equipos defendieron bruscamente, tanto en la primera como en la segunda parte.



SEGUNDA PARTE
En cuanto a la segunda parte, el Borussia mejoró en su juego, apretó más arriba, recuperaciones de balón en el campo del Schalke, pero de nuevo las transiciones defensa - ataque demasiado precipitadas acabaron con el juego y por ello había demasiados parones en el partido. En esta segunda parte, el equipo de Klopp buscó más balones por el centro, paredes entre Mkhitaryan y Lewandowski, así como de nuevo subida de los laterales y balones colgados al área. En cuanto al Schalke, empezó perdido, pero ahí estuvo el héroe del partido, su portero, Fährmann. Le sacó varios balones a la delantera del Borussia, pero hay que destacar sobre ellos un mano a mano con Robert Lewandowski que todos pensábamos que acabaría en gol. Aunque a partir del minuto 64 mejoró el Schalke, presionó de nuevo arriba, asfixiando al Borussia, haciendo sufrir a los de Klopp en la salida desde atrás con la bola. Ambos equipos hicieron cambios debido al rigor y la exigencia táctica del partido, aunque de poco sirvieron. El partido acabó con el Schalke defendiendo en su área y el Borussia buscando balones arriba que cazase la delantera, pero pitó el arbitro y ambos se repartieron los puntos en un partido demasiado táctico y con mucha importancia de cara al futuro.





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