lunes, 3 de marzo de 2014

En Atenas decidieron Berg y la Champions



Este fin de semana Grecia entera se paralizaba para presenciar el mayor espectáculo futbolístico del país heleno. Los dos más grandes históricamente de su liga, Olympiakos y Panathinaikos, se enfrentaban en un derbi que, pese a no tener la misma trascendencia de los últimos años al estar tan decidida la liga favorable a los rojiblancos, mantenía la rivalidad que caracteriza este tipo de partidos.

El partido tuvo mucha intensidad pero el ritmo lento que caracteriza los partidos de Grecia. Así pues, el encuentro transcurrió con mucho medio del campo, más físico que organizativo, y se decidió sorprendentemente con una victoria para los visitantes por un abultado 0-3 final.
El juego estuvo marcado principalmente por el gran planteamiento de Yannis Anastasiou, el entrenador griego del Panathinaikos, que gracias a la buena estructura defensiva y ofensiva que propuso, consiguió anular a los mejores jugadores rivales y aprovechó esto para dominar el partido, no en posesión pero sí en ocasiones.



Una de las claves de esta buena propuesta es la aparición de los dos mediocentros defensivos, Lagos y Zeca, en el equipo verde. Esto les permitió presionar a un ‘Chori’ Domínguez que no tuvo demasiada participación debido a esta defensa acérrima. El mediapunta argentino y estrella de su equipo no jugó su mejor partido y, de hecho, llegó a fallar un penalti que tiró fuera, cosa que se puede atribuir a su falta de confianza durante todo un partido en el que estuvo bastante oscuro y contrastado por la excelente defensa de los verdes.

Otra de las claves fue el buen ataque del Panathinaikos, que estuvo muy bien distribuido durante todo el partido y creó mucho peligro contra una defensa que no acertó demasiado en los marcajes. El delantero centro del equipo del trébol, Marcus Berg, se mostró muy activo durante todos los minutos en los que estuvo en el terreno de juego. El sueco, pese a tener aspecto de jugador lento y estático, demostró que también puede ofrecerse en el medio para organizar y crear superioridad en esa zona, o bien puede caer a los costados para dejar paso a jugadores que vienen de segunda línea como pudimos ver en el primer gol. Aprovechó un pase en profundidad para superar en velocidad a Marcano y se fue a la banda izquierda. Esto le dio un espacio muy importante en la frontal del área al que precisamente era el interior izquierdo, Pranjic, quien anotó después de un gran pase del sueco. Tanto el croata como el nigeriano Ajagun por la banda derecha y el franco-argelino Abeid por el medio hicieron mucho daño a una defensa demasiado adelantada que se mostró muy imprecisa y poco intensa, incluidos los laterales Salino y Holebas, que tuvieron que moderar las subidas al ataque y que cuando se incorporaban se les cogía la espalda fácilmente. Por otra parte, también tuvo problemas el doble pivote defensivo dormado por N’Dinga y Maniatis que tan bien funcionó en el partido contra el Manchester y tan perdido estuvo el domingo.




En esto se basó todo el partido. Los movimientos de Berg, el mejor del partido, permitieron dar velocidad y espacios a las contras de su equipo, que, aunque no tuvo la posesión de balón, dispuso de más jugadas ofensivas que su rival. Así llegó también el segundo gol, cuando Berg se metió entre los dos centrales del Olympiakos y se llevó el balón con velocidad para acabar definiendo a la perfección contra Roberto, que hoy tampoco tuvo su mejor día.
Mientras tanto, en la otra banda del campo, el equipo de Michel no encontraba la forma de penetrar en la sólida defensa contraria. El jugador que lo intentó con más intensidad fue Hernán Pérez, que partía desde la banda derecha y sacó de quicio a los defensas en algunas jugadas puntuales, pero tampoco hizo demasiado para merecer mucho más. Por delante del ya nombrado ‘Chori’, que se estuvo desaparecido, encontramos a un Nelson Valdez, que entró por Olaitan (véase párrafo final), y que no encontró la forma de meterse entre unos defensas que lo marcaron a la perfección.

El Panathinaikos redondeó el marcador con un gol que podría resumir el mal partido del Olympiakos en el aspecto defensivo. Abeid saca una falta desde la izquierda que consigue pasar por la pasiva defensa rojiblanca y llega a la portería ante la sorpresa del español Roberto.

De esta manera, el Panathinaikos aprovechó sus puntos fuertes para hilar contras excelentes y sorprender a un Olympiakos al que no le sirvió de nada la posesión, y que tendrá que esperar alguna jornada más si quiere ser campeón de liga matemáticamente. Le falta muy poco, ya que con 24 puntos en juego tiene 19 de ventaja. Aunque lo que verdaderamente le importa ahora es la Champions.Quizás el partido se vio afectado por las notas negativas que dejó. La primera fue el desvanecimiento del nigeriano Olaitan en mitad del partido, aunque ya se ha informado que se encuentra en buen estado. La segunda fue el lanzamiento de una lata al entrenador visitante, Yannis Anastasious, lo que provocó que entraran los cuerpos policiales. Esto es lo que pasa en este tipo de partidos. Esto es lo que pasa cuando el fútbol traspasa demasiadas fronteras.

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