jueves, 27 de febrero de 2014

Cristiano, Bale, Benzemá,... y Keller?


Se puede decir que el Madrid comenzó el partido con respeto, sabiendo bien dónde iba a jugar y por qué. El dónde estaba claro. Alemania, Veltins Arena, Gelsenkirchen. El lugar estaba claro, pero quizá imponía más el nombre de la competición, la Champions League, ida de los octavos de final. Y sí, el Madrid sabía su historia en el país germano, una historia de derrotas, pero la que quizá más escuece es la más reciente, la de Dortmund. Pero no estoy aquí para recordaros eso, aunque no estaría mal, sino que toca hablar de la actualidad, de la goleada del Real Madrid al un Schalke 04 que no se presentó al partido, o sí, bueno, ya veremos que depara este artículo.


Un 1-6 aparenta una superioridad aplastante, y en este encuentro no va a ser diferente. Yo en particular me esperaba un Schalke aguerrido, con las ideas claras, pero me encontré con un Schalke que parecía haber ganado ya la Champions, y que el enfrentamiento ante el Madrid era un simple trámite. Hablemos de los onces. Del esquema táctico del Real Madrid hay poco que decir. La defensa titular, el portero de las competiciones con eliminatorias, un gran pivote escoltado por dos interiores que ahora mismo son de los mejores del mundo, y tres hombres en punta de los que no merece la pena decir nada, simplemente admirar su juego mientras lo mantengan. En el Schalke yo me esperaba a Goretzka en vez de Draxler en la banda izquierda alemana, para encontrar una sorpresa por si las cosas iban apretadas, pero Keller decidió no ponerle, aunque no hubiesen cambiado las cosas. Lo más destacado del conjunto alemán, por lo menos para mí, volvió a ser la posición de Prince, de nuevo como medio centro, donde ni él rinde, ni Neustädter rinde a su lado. Keller quiere a Meyer, pero también quiere al ghanés, y las dos cosas en un 4-2-3-1 es imposible.

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En un principio, parecía que el Schalke podía adelantarse en el marcador y tomar la iniciativa, sobre todo buscando la espalda a Marcelo, quien estuvo muy desprotegido a lo largo del partido por Di María. De nuevo, en esos primeros minutos, vimos muchos problemas blancos en los centros laterales, algo que los alemanes no supieron aprovechar. Muchos problemas para Carvajal, que sigue dejando dudas en la faceta defensiva. De repente, como un aleteo de una mariposa en cualquier lugar del mundo que acaba provocando un huracán, se le fue el partido al Schalke. En un suspiro el Madrid se puso 0-2, primero, con un balón entre líneas que tras ser rebotado por la zaga alemana le cae a Benzemá, que define como le corresponde, con la clase de los arietes franceses, y más tarde, un golazo del galés, con un slalon prodigioso, que definiendo al palo corto con su pierna zurda, cerraba la primera mitad con dos goles en el marcador blanco. El Schalke se escondía, Ancelotti les amedrentaba, Webb pitaba el descanso.

Benzemá desplaza, Cristiano entra solo

Con la segunda mitad en juego veíamos la primera clave de la goleada. Keller proponía espacios a los blancos, obvio teniendo en cuenta el resultado, el Schalke o se quedaba metido atrás, algo que no le gustaría al público, o adelantaba líneas para ser atrevido. La consecuencia de atreverse se transformó en cuatro goles más. En otra de esas jugadas mágicas blancas, Karim desplazaba a los centrales, dejando el hueco a Cristiano, que aprovechando el movimiento del francés dejaba un rotundo 0-3 en el luminoso del Veltins Arena. Mientras el Schalke atacaba por una carretera de pueblo, el Madrid lo hacía por una autopista sin controles policiales. En dos jugadas de esas en las que la defensa puede hacer mucho, pero termina haciendo bien poco, llegarían el cuarto y quinto gol. Primero Benzemá, tras una combinación con Cristiano, recortaba a Fährmann y sentenciaba la eliminatoria. Más tarde le tocaba de nuevo a Gareth Bale, esta vez tras una genialidad de Sergio Ramos que, emulando a los grandes pasadores de la historia, le metía un pase entre líneas al galés sin mirar, y éste, siendo como es, no supo fallar, y dejó el 0-5 ondeando en Gelsenkirchen.

Nuevo fallo alemán, recuperación blanca. Rápidamente Bale roba, le cae a Benzemá que en dos-tres pasos le mete a Cristiano un balón a la espalda de la defensa. El portugués encara a Fáhrmann. Matip y Santana intentan pararle, Cristiano recorta, se postula y anota. Juego, set y partido para los blancos que, sin mucho esfuerzo, se deshacía de los de Keller con seis jugadas magistrales. Huntelaar, celoso de los blancos, quiso llevarse el protagonismo, y empaló un balón que cruzaba el aire para destrozar el récord de Casillas y darle alguna esperanza a los de la cuenca del Rühr, aunque muchas cosas extrañas tienen que ocurrir para que el Schalke llegue a cuartos de final.



Ancelotti se merendó a Keller simplemente con un centro del campo capaz de sortear la zona de presión y poner balones a los extremos. Simplemente con eso el Madrid se llevó el partido, bueno, con éso y con la dejadez del Schalke que se acrecentaba en cada minuto que pasaba, sin tensión defensiva, recorriéndose su zona del campo hacia atrás una y otra vez. No aparecieron los jóvenes que yo me esperaba, ni Meyer ni Draxler, quizá Goretzka como titular hubiese arreglado algo, o no, quién sabe, pero lo que sí que sabemos es que el Real Madrid está entre los ocho mejores de Europa.

1 comentario:

  1. Excelente trabajo Futbolitis, estamos impresionados y orgullosos de ti. Sigue así y veras que llegaras a ser un gran periodista, y recuerda que la élite esta contigo.

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