domingo, 18 de mayo de 2014

Análisis de Corea del Sur: a repetir lo irrepetible

Cuando se habla de una selección que se ha clasificado para su octava Copa del Mundo consecutiva, uno automáticamente piensa en las grandes potencias mundiales, en las que todo el mundo considera favoritas antes de que se empiece a rodar la bola, en las mejores del mundo, en definitiva. Pero hay una de la que nadie habla –menos por aquella gran actuación en 2002, cuando eran anfitriones, en la que incluso eliminaron a España y quedaron cuartos-. Ésta es Corea, un conjunto que se ha clasificado para la máxima competición de combinados nacionales desde 1986, cosa que solo han conseguido cinco selecciones más: Brasil, Argentina, España, Italia y Alemania. Pese a que los números cuando se han clasificado no son demasiado buenos -cinco veces se quedaron en la primera fase, una llegaron a octavos y otra lograron el cuarto puesto-, podríamos considerar a los coreanos como unos habituales. Y es que ahora cuesta pensar en un Mundial en el que los locutores no se harten de decir Kim, Park y Lee.



Su camino para conseguir el billete a Brasil no fue fácil. Quedaron encuadrados en un grupo con Irán, Uzbekistán, Qatar y Libano, y aunque partían como favoritos, se acabaron complicando la vida seriamente. Empataron a 14 puntos con los uzbekos en la segunda posición, después de ganar cuatro partidos, empatar dos y perder otros dos. Perdieron clarísimamente en su duelo contra los líderes, Irán, y se les puso difícil la clasificación después de sacar un mísero punto ante el débil Líbano. Pero finalmente se impuso la lógica y el nombre de Corea del Sur figurará entre las 32 selecciones que disputarán el torneo, y estará dirigida por un seleccionador es una institución en todo el país. Los malos resultados cosechados por el ex entrenador Choi Kang-Hee provocaron su destitución, por lo que se decidió apostar por el antiguo capitán de la selección y leyenda Hong Myung-Bo, que además es el que más veces ha vestido la casaca coreana, siendo internacional en 135 ocasiones. El que hasta entonces era segundo entrenador del Anzhi Makhachkala pretende llevar a su país lo más alto posible, pasando por clasificarse para la ronda final en un grupo que, pese a ser difícil, les da alguna posibilidad. Veremos qué nos deparan; calidad no les falta, pero necesitarán algo más de regularidad que en la fase previa para poder dar una buena imagen y acabar en rondas avanzadas.

Para hacerlo, la selección irá con los siguientes jugadores:



La teórica alineación titular presenta muchas dudas en todas las líneas. La inestabilidad a la hora de hacer las convocatorias, en las que participaron muchos jugadores distintos, dificulta la elaboración de un posible once, aunque lo que está bastante claro es que se formarán en un 4-2-3-1. Analizamos línea por línea las posibilidades que maneja el entrenador.

La portería será indudablemente para Jung Sung-Ryong, el portero que ha mostrado más seguridad, que sale bien a por el balón y va bien por alto, aunque seguramente deberá mejorar en las estiradas y los reflejos, dos puntos que no son su fuerte. Siguiéndole, tenemos una línea de cuatro en la que el único indiscutible será Kim Young-Gwon, quien sostiene todo el equipo desde la zaga: es el encargado de la salida de balón debido a su buen desplazamiento en largo, pero también es clave cerrando o yendo al cruce en defensa. Acompañándole en el centro, tendremos a Kwak Tae-Hwi o a Hong Jeong-Ho. Parece ser que parte como favorito el primero, un hombre más experimentado y que ha encontrado la forma de compenetrarse con Young-Gwon, lo que es bastante importante. Va bien al cruce y no pierde tanto la espalda como su rivalde posición, lo que puede hacer que Hong Myung-Bo se acabe decantando por él. En las bandas es donde hay más dudas. La consigna es clara: no pueden haber dos jugadores defensivos ni dos ofensivos, por lo que el equilibrio en este aspecto es muy estricto. Siguiendo esta pauta, lo que parece más lógico analizando los últimos partidos con el nuevo seleccionador, es ver a Lee Yong en banda derecha y Kim Jin-Soo en izquierda. El primero es bastante defensivo y el segundo tiene más recorrido, por lo que en este caso se cumpliría lo comentado.




Pero es en el centro del campo donde seguramente está el punto débil de este conjunto. Hay poca calidad en esa zona, por lo que lógicamente no se espera nunca que se tenga el balón, sino todo lo contrario, ya que es un equipo que se caracteriza por la contra y el juego extremadamente directo, en el que muchas veces no hay distribución y el esférico no pasa por el medio. Aquí, aparece otro indiscutible: Ki Sung-Yueng será uno de los dos pivotes, y tendrá un papel muy libre, pues tendrá que sacrificarse en defensa y adoptar un rol destructivo, pero también podrá incorporarse al ataque, donde puede aprovechar su potente disparo. A su lado, es casi seguro que tendremos a un jugador más destructivo que creativo y más táctico que técnico, ya que no será tan necesario que domine el balón, sino que sepa tapar el espacio ante los ataques rivales. Buenas opciones en esta posición serían Park Jong-Woo o Han Kook-Young, aunque ambos dejan muchas dudas.

Pero la verdadera calidad llega en la zona de tres cuartos, que se caracteriza principalmente por la endiablada velocidad de los futbolistas que la pueblan. Formando una línea de tres que se mueve muchísimo por detrás del delantero, se trata de una serie de jugadores que en muchos casos bien podrían jugar como puntas. En banda izquierda parece fijo Son Heung-Min, que espera cuajar una buena actuación en el Mundial para confirmarse como un jugador de clase mundial que puede llegar muy lejos si se lo propone. A su lado, tendremos a un enganche en el que pueden entrar dos jugadores distintos, que se prevé que pelearán por un puesto en el once titular. Estos son Lee Keun-Ho y Koo Ja-Cheol. El primero, mucho más rápido, mantendría la tónica de toda la línea, mientras que el segundo, con algo más de control con el balón, sería un buen canalizador del juego coreano. Parte como favorito Keun-Ho, ya que seguramente es el más veloz de la plantilla, algo que puede serle muy útil por el estilo de juego que tiene su equipo. En la banda derecha es donde quizás hay más dudas, y también más alternativas. Pueden jugar hasta tres estilos de jugador: uno con mucho más gol, como podría ser Park Chu-Young, que va bien entre líneas y tiene muy buena definición. El otro, con algo más de sacrificio en defensa y mucho más táctico, como Lee Chung-Yong, y, finalmente, alguien rápido y con calidad para el desequilibrio como Kim Bo-Kyung. Todas las opciones son buenas, aunque lo que parece que va a darse será lo primero, ya que el actual jugador del Watford es el que más nombre tiene y daría más gol y peligro en los últimos metros.




Pero posiblemente no es ninguno de los anteriormente mencionados la clave en ataque, sino que lo es el delantero centro, Kim Shin-Wook. Se trata de un referente que casi llega a los dos metros de altura, y que se dedica principalmente a bajar balones en ataque para distribuirlos entre los hombres que lo escoltan. Apunta a delantero titular y será clave en los centros laterales, en los desplazamientos de Young-Gwon y en los saques de esquina. Se espera que tenga un papel más sucio que goleador, pero promete ser muy importante en las ofensivas de su equipo.

Analizando las diferentes opciones y pensando en las preferencias del seleccionador, hemos confeccionado un once que podría ser el titular en Brasil.




Posibilidades en la competición

Al quedar encuadrados en un grupo relativamente asequible, las opciones de clasificarse para una ronda posterior han aumentado bastante. Pese a que parece bastante probable que Bélgica consiga el primer puesto, se espera que la lucha para la otra plaza que da acceso a octavos sea muy igualada. Así pues, Corea tendrá que luchar contra Rusia y Argelia, en lo que no será un camino llano, pero que sí da bastante esperanza a los coreanos. Los rusos no pasan por su mejor momento de forma, y los argelinos, pese a que son muy buenos jugadores, son tan incógnita como los tigres de Asia, ya que sus futbolistas no tienen mucha experiencia en competiciones como ésta. Todo puede pasar y todos se pueden clasificar en esa segunda posición, contando con que Bélgica se clasifique primera, lo que a priori parece ser lo más lo más lógico.



Jugador clave

Puede parecer extraño que un defensa sea el hombre más importante en un equipo, pero esto es lo que ocurre en la selección coreana. Kim Young-Gwon, central zurdo, es el que sostiene toda la estructura de su conjunto. Como hemos comentado antes, es quien se encarga de jugar el balón en salida. El juego gira entorno a él, ya que el lateral de su banda sube y aprovecha toda la zona libre para ocuparla y tener espacio para ejecutar un desplazamiento en largo o jugar en corto con los centrocampistas, aunque normalmente opta por lo primero. El actual jugador del Guangzhou Evergrande es también un seguro de vida en defensa. Se adapta a las necesidades del equipo y explota las cualidades que se necesitan en cada momento. Va bien al cruce, pero también es muy apto para quedarse como último hombre, marcando al delantero centro y mostrándose conservador para despejar el balón si el rival supera todas las líneas. A los 24 años, ya ha despertado el interés de varios clubes europeos, y de hacer un buen Mundial, no extrañaría que lo viéramos triunfando fuera de Asia. 


Jugador revelación

No es tan revelación ya, porque se trata de un hecho, pero era una obligación incluirlo aquí. Ha sido posiblemente el mejor del Bayer Leverkusen esta temporada y es también el más reconocido de la selección coreana, así como el más peligroso y el que más deben tener en cuenta las defensas contrarias. Éste es Son Heung-Min, un jugador muy polivalente al que todo apunta que veremos como extremo izquierdo en Brasil. Llegando desde segunda línea, ha demostrado tener mucho gol, y gracias al potente disparo que posee, es muy peligroso en todas las posiciones cerca del área. Es también muy desequilibrante, pues mezcla velocidad y calidad técnica para deshacerse de sus rivales y acercarse a la portería rival. De esta manera, se postula como una de las piezas importantes de este equipo en ataque, y al igual que su compañero antes mencionado, espera cuajar una buena actuación este verano para hacerse un sitio entre las agendas de los grandes clubes del mundo, aunque el del Leverkusen es uno de los proyectos más ambiciosos de Europa actualmente. Calidad para triunfar no le falta. Y tiene 21 años, así que tiene un futuro enorme para ser una superestrella.

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