lunes, 7 de abril de 2014

El Bremen lo hace todo, excepto ganar

Lleno hasta la bandera en el Weserstadion para ver uno de los duelos más desiguales de la jornada. Los locales se habían despegado un poco de los puestos de descenso, pero aun lejos de la salvación matemática; mientras, el equipo minero esta cómodamente en la tercera plaza y salvo una debacle sin precedentes repetirán presencia en la Champions. Por otro lado, el Bremen llegaba con la única baja de Felix Kroos (hermano del jugador del Bayern) y el Schalke, en cambio, se presentaba con la enfermería llena. Hasta 13 jugadores lesionados tiene el equipo de la cuenca del Rühr, de los cuales más de la mitad son titulares habituales. Esto permite que jugadores como Hoogland, teórico tercer lateral derecho, sea titular.



Más allá de las numerosas bajas, la vuelta de Kevin Boateng hizo que Meyer empezase en el banquillo. Y en el equipo hanseático sorprendió la ausencia de Obraniak y la titularidad de Makiadi.
El Bremen sabedor del mayor potencial de su rival planteó un partido físico, de presión y robo. Mientras el Schalke quería dominar el juego y llevar el balón limpio arriba, ya que confiaban en la calidad de su línea de ataque. Así Jens Keller esperaba un Bremen encerrado en su campo y que llevara peligro a la contra. Sin embargo, Robin Dutt estiró el equipo más de lo previsto y obligó a Elia y Di Santo a presionar a los centrales en la salida de balón.


Esta táctica llamaba la atención por su simplicidad. Pero más aún, sorprendió que funcionara a la perfección. El Schalke suele ganar sus partidos por la superioridad en la zona de tres cuartos, ya que Draxler y Goretzka se meten hacía adentro y los laterales (Uchida especialmente) ocupan las bandas. Pero la subida de los laterales sin ofrecer primero una opción de pase, posibilitaba que los centrales quedarán muy expuestos. Además Neustädter y Obasi no se ofrecían en la salida de balón, haciendo que su equipo se partiera de forma sorprendente en dos bloques, los centrales por un lado y el resto por el otro. 


De esta manera Matip y Ayhan tenían que recurrir a balones largos o comprometidos, que posibilitan el robo del medio campo del Bremen. Arriba la movilidad de Elia y los continuos desmarques de Di Santo a la espalda de Hoogland sembraron el pánico en la defensa. De esta manera, en el minuto 14, tras una recuperación del Werder, en un balón largo, Elia se la lía (perdón por el fácil juego de palabras) al joven central turco, y se la deja a Di Santo que anota. El Schalke intenta reaccionar pero es el equipo de los trotamúsicos el que domina el juego, que no el balón.

El partido continuo así hasta el minuto 30, cuando Huntelaar despertó y empezó a hacer recular a la defensa local. Tras un par de avisos del delantero holandés, un despeje blandito de Prödl le cae a Goretzka (en el tercer balón que tocaba) que marca un golazo. El Schalke despierta y durante diez minutos se suceden las ocasiones de los mineros, pero sin resultado.

Tras el descanso, parece que el Schalke va imponer su mayor calidad. Nada más lejos de la realidad. Toda la segunda parte es dominada por el Werder Bremen que intenta ir a por el partido. Con balones largos, buscando las prolongaciones o las segundas jugadas, el Bremen domina el partido.
 


La entrada en el minuto 55 de Gebre Selassie por un Di Santo lesionado, pero también cansado, otorga muchísima movilidad a la banda derecha de los locales. El Schalke solo tiene algún chispazo de Huntelaar, pero parece un equipo sin alma. Keller realiza los cambios muy tarde y sin mucho resultado, aunque como hemos dicho, tampoco tenía un amplio ramillete de jugadores para elegir. Ni la entrada de Meyer otorga fluidez a los azules, que en todos los balones divididos se ven superados por un equipo con mucha más fe que ellos. Sin embargo, el Bremen está donde está por algo. La falta de calidad de los de arriba y la buena actuación de Färhmann, hace que fallen numerosas ocasiones. Especialmente llamativo el balón parado, ya que ni una sola vez consiguen sacar una falta con un mínimo de peligro. Con un buen "pateador" (no hace falta un Juninho Pernambucano, con un Duda bastaría) este equipo estaría en otra posición muy distinta en la tabla. 

Finalizó el partido con empate, a pesar del arreón final del Bremen con balones a la olla, pero sin puntería. No tiene más el Werder en su repertorio. Mientras el Schalke da por bueno un empate que consiguió en 5 minutos de inspiración y el resto del partido estuvo desaparecido.

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