sábado, 5 de abril de 2014

El AZ puso el juego y el Benfica el gol

Los cuartos de final de la Europa League se abrieron ayer en el AFAS Stadion de Alkmaar. El AZ recibía a uno de los favoritos en esta competición. El Benfica, finalista la temporada pasada, visitaría Holanda con la intención de marcharse con un resultado a favor para resolver la eliminatoria en el Estadio da Luz. Los lisboetas entrenados por Jorge Jesús, eliminaron en octavas al último club inglés en la competición, el Tottenham. Mientras que el AZ apeó de los cuartos al sorpresivo Red Bull Salzburg, que venía de golear a un Ajax reboteado de la Champions.


Salvio celebrando el gol de la victoria (Vía: plazadeportiva.com)

El encuentro comenzó como se preveía, con un AZ demostrando que jugaba en casa saliendo con una gran agresividad. Sin embargo, el esfuerzo de esa salida fulgurante pasaría factura y quedaría en vano. Sobre el papel, Dick Advocaat preparó el clásico 4-3-3 holandés con: Esteban; Johansson, Gouwelleuw, Viergever, Poulsen; Gudelj, Ortiz, Elm; Beerens, Johannsson, Berghuis. Beerens sería el jugador más activo, junto con Berghuis, del equipo de Alkmaar. EL holandés de veintiséis años se encuadró en la banda izquierda, desde donde hizo gala de una gran capacidad de desborde. Maxi Pereira hubiera soñado con él esa noche, de no ser por las generosas ayudas de Salvio. Además de un buen uno contra uno, Beerens hizo estragos por su gran capacidad de manejo de ambas piernas. Ese manejo transmitía a sus marcadores gran incertidumbre, ya que tenía dos recursos claros en la banda: el recorte hacia el interior y buen disparo o la profundidad por banda y centro con la pierna, a priori, menos buena.

Johannsson se benefició de ese gran estado de forma de Beerens. El nueve islandés tenía como recursos básicos a explotar: aguantar la pelota de espaldas y esperar la llegada de sus compañeros y tirar desmarques a la espalda de la defensa del Benfica aprovechándose de los buenos envíos de sus compañeros. Explotó ambos. Desde el inicio del partido fue un constante verle entre los centrales en salida de pelota para, si los centrales con ayuda de los medios no conseguían sacar el balón, pudieran tener la opción del pelotazo largo a la espalda de la defensa rival. En contragolpes rápidos podía optar por el desmarque en ruptura y por venir al medio, llevándose y sacando de su sitio a uno de los centrales, para aguantar el balón y repartirlo a una banda. En esa situación la superioridad por alguna de las bandas estaba casi garantizada.

Se acumulaban muchos hombres en la banda, creando espacios
y superioridad.


El 4-3-3 se organizaba, en ataque, en dos extremos y un punta; pero en el medio la composición era de un mediocentro posicional y de dos interiores más adelantados. Estos dos interiores, Elm y Gudelj, realizaron una gran labor de presión y aportaron en salida en caso de que se necesitara. En esa mencionada salida los laterales no solína cruzar el medio campo, de no ser que se quisiera posibilitar la acción de balón largo. Además de los interiores, Berghuis vino constantemente a posiciones interiores para ayudar en la medular. Esa tendencia posibilito el espacio en banda para las subidas de Johansson y las diagonales hacia el interior del propio Berghuis. Una de las opciones en salida era que uno de los laterales adelantara su posición en carrera y el extremo viniera para recibir y dar de primeras a la carrera del lateral. Cuando el extremo bajara a recibir arrastraría a un contrario en banda, generando un espacio aprovechado por el lateral que viene en velocidad.

Varios jugadores atacan la banda. Dos con profundidad, contando con
el apoyo del medio. El punta sigue la carrera de los bandas.


Los ataques llegaban por la banda y, a partir de tres cuartos, colocar el centro o irse hacia dentro. Eses ataques volcados a los costados se pueden entender observando la gran cantidad de jugadores que se juntan en posiciones exteriores. Lateral y extremo eran casi seguros, pero además, Johannsson e incluso el interior del lado en posesión iban para crear superioridad. A pesar de esto no se solía poblar esa zona con más de tres jugadores. Sí se ayudaba con movimientos de arrastre para fabricar espacios. En esas jugadas ayudó la generosidad de Beerens, que pese a tener unas buenas condiciones para driblar, soltaba la pelota en el momento adecuado. Cuando el ya citado Berghuis recibía el balón más escorado en banda, avanzaba con este en conducción para realizar el clásico recorte hacia dentro dejándose el balón a la pierna buena para sacarse un buen disparo con la zurda. Pese a la previsibilidad de este recurso, su ejecución era de tal nivel que Siqueira y Garay solo pudieron frenarle en contadas ocasiones.

Cuando el AZ no tenía a posesión del balón, se organizaba en un 4-4-2 claro, retrasando a Berghius a la banda izquierda a la hora de replegar. En la segunda mitad, en la que atacó más el Benfica, se pudieron ver las carencias del AZ en juego aéreo. Gouwelleuw y Viergever, que no superan el metro noventa, tuvieron que hacer frente a los dos centrales del Benfica, a Cardozo y  algún jugador más que lo supera con creces. Sin embargo, el gol del Benfica no llegó en una jugada por arriba. Rodrigo recibió el balón tras una recuperación en el medio y un mal despeje del central del AZ fue aprovechado por Cardozo para chutar. El balón fue detenido por Esteban, pero le cayó a Salvio que lo golpeó perfecto desde la frontal para anotar a puerta vacía.


El mediocentro apoya la salida entre los centrales. A su vez, los interiores
se encuentran adelantados, en caso de necesidad bajarán a ayudar.


El Benfica consiguió un gol que no había merecido más que su rival, ni mucho menos. Adentrándonos en la segunda parte, Advocaat retiró a Poulsen por Gudmundsson, colocando así en la posición del lateral a un extremo. Las combinaciones entre ambos no fueron tan prolíferas como el entrenador del conjunto holandés suponía, sobre todo porque se encontraron relativamente poco. Tras el gol, el Benfica se hizo con el control del encuentro en posesión y ordenado atrás cuando no disponía del balón. Este cambio táctico, aunque atrevido no ayudó a los de Alkmaar, que notaron el esfuerzo realizado en la primera parte. No consiguieron el premio del gol porque se encontraron con un Benfica sólido desde inicio.

Repliegue del Benfica. Espacios a la espalda de los mediocentros que
son aprovechados por los hombres del medio del AZ.


Cuando los lisboetas se encontraban en posesión del balón, Amorim apoyaba en la salida de pelota. En esta fase del juego los laterales se abren, pero no se van, se quedan apoyando en salida. Sin la posesión de balón replegaban en 4-4-2, al igual que realizaban su juego en ataque. El 4-4-2 fue su esquema desde inicio con: Artur; Pereira, Luisao, Garay, Siqueira; Salvio, Amorim, Gaitán; Gómes, Cardozo, Rodrigo. Gaitán llevaba a cabo su juego en la banda izquierda, pero en numerosas ocasiones el argentino se vencía al interior ejerciendo la labor propia de un mediapunta. Como comentamos anteriormente, en ataque llevaron peligro en las jugadas parados por el poderío aéreo de sus hombres, pero también por los buenos envios de Gaitán, encargado de todos esos balones. Además, arriba los dos puntas se distribuyeron con Rodrigo más retrasado, viniendo a recibir, haciendo conducciones, cayendo a banda…, mientras Cardozo ejerció de delantero al uso, saliendo poco de la marca y fijando a los centrales. Si el conjunto portugués mantuvo la puerta a cero fue, en gran parte, por la labor de Salvio en la banda ayudando a Maxi Pereira.

Presión tras pérdida sin colocación provoca contras peligrosas, si
el rival consigue salvar la línea de presión. Transiciones
defensivas lentas.


Lo que le pudo costar caro al conjunto dirigido por Jorge Jesús fue algunas de las contras del AZ, motivadas principalmente por la mala colocación tras pérdida de los portugueses. Si la presión tras el robo rival no era correctamente hecha por cualquier factor, provocaba una transición rápida del rival aprovechando muchos espacios. Para la presión se juntan muchos efectivos arriba, unido a unas transiciones lentas en defensa provocan espacios donde correr y posible jugada de gol del contrario. Amorim fue el mediocentro posicional y realizó una gran labor, pero con la ayuda de Gomes. El joven mediocentro portugués jugó algo más adelantado que su compatriota. Desde ahí disfrutó del vuelo suficiente como para combinar en tres cuartos y llegar con agresividad desde segunda línea. Amorim se marchó lesionado al poco tiempo de terminar el primer tiempo. Lesión importante que le dio la oportunidad a Almeida, que realizó un más que correcto encuentro como último hombre antes de la defensa.


El resultado refleja una buena ventaja para los portugueses, que se marchan con un gol fuera de casa y podrán resolver en Da Luz. No deben confiarse, el AZ ha demostrado que es capaz de generar ocasiones de gol. La mala suerte y un acertado Artur hicieron que se marcharan de vacío. La eliminatoria está más abierta por sensaciones. 


Christian Sánchez de la Blanca Portillo |  

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