miércoles, 2 de julio de 2014

Di María, Messi y la suerte tumban a una rocosa Suiza

 La alegria albiceleste contrasta con la desesperación alpina, 
un gol en el final de la prorroga siempre es cruel

Partido Intenso el que se vivió en el Arena São Paulo, donde una combativa Suiza hizo sudar y sufrir a la selección albiceleste. Había mucha expectación por ver si Argentina corroboraba los síntomas de mejoría que había dado en el tercer partido de grupo, no fue así y tuvo que agarrarse a Di María y (como no) Messi para evitar los penaltis. El equipo no juega bien y no hay fluidez, pero la calidad de su línea de ataque es incuestionable y sigue salvando al equipo que, a pesar de su juego, está en cuartos de final. 

Se presentaron los dos equipos con novedades en la disposición. Por el lado argentino, la lesión de Agüero provocaba la entrada en el once de Lavezzi, cambiando de lado a Di María, y haciendo que las bandas jugarán "a pierna buena". Messi como siempre gozaba de absoluta libertad para jugar, cayendo más hacia el lado derecho para tener más opción de disparo. 
En el bando suizo Hiztfield parecía que apostaba por su eterno 4-2-3-1, sin embargo pronto se vio que era un 4-4-1-1; puesto que en las bandas Xhaka y Mehmedi estaban muy pendientes de cerrar espacios para ayudar en defensa. La estrella suiza, Shaqiri abandonó su hábitat habitual (la banda izquierda) y el entrenador le dio autonomía para jugar de mediapunta por cualquier parte del campo.



Con estas disposiciones, el primer tiempo fue dominado por Suiza. El conjunto helvético cedió el balón a su rival y esperaba para presionar pasada la línea del medio campo, una vez robaba salía con rápidas contras, sobre todo por el lado izquierdo, donde caía Shaqiri, subía Ricardo Rodríguez y con Mehmedi creaban superioridad numérica sobre Gago y Zabaleta. Argentina por contra no encontraba como superar la línea de presión. Mascherano estuvo fantástico cortando todo lo que pasaba por su zona, pero no es un especialista en la creación y con Gago en otro de sus partidos grises y sin presencia, eran Messi y Di María los que tenían que bajar y transportar el balón arriba. Esto le daba una lentitud y previsibilidad alarmante al ataque albiceleste. Higuaín veía el balón muy lejos y se desesperaba.


Messi tiene que bajar a pedir la bola, porque no le llega entre las dos lineas de presión suiza 

Argentina solo era capaz de crear peligro en robos en el medio y con campo para que sus delanteros corrieran. Mientras Suiza explotaba las bandas de su rival, si bien Lichtsteiner apenas subió dos veces en todo el primer tiempo, era la movilidad de Shaqiri lo que sembraba el pánico en la defensa porque Mascherano no podía cerrar todos los huecos. 
Lo estaba pasando mal Argentina, con dos grandes ocasiones marradas por los centroeuropeos (con un mano a mano de Drmic), cuando en el minuto 40 Sabella reacciono y cambio a Di María y Lavezzi de banda. Con la permuta El Fideo empezó a crear problemas en la derecha y Mehmedi tenía que ayudar a Rodríguez, por lo que los ataques suizos se empezaron a espaciar, Argentina pudo respirar y llegar al descanso. 
El segundo tiempo se inicio con una tónica parecida al primero. Argentina solo creaba peligro a balón parado y parecía que no había cambiado nada. Pero el paso de los minutos empezó a hacer mella en los europeos. Seguían manteniéndose ordenados y juntos en defensa, pero tras diez minutos de segunda parte dejaron de crear ocasiones de peligro. Mascherano se hizo amo y señor de la zona ancha y barrió todo lo que caía por ahí, Rojo empezó a subir con acierto por su banda y crear peligro y Di María seguía incordiando por el lado derecho y Rodríguez tuvo que renunciar a subir su banda. Mención aparte para Messi, quien seguía pidiendo el balón, pero era sometido a un marcaje de ayudas extraordinario de los suizos. Sin entradas violentas, estos flotaban a Messi, y no le dejaban avanzar, pero a costa de acudir varios hombre a la ayuda. Esto movimiento de arrastre liberaba a sus compañeros, que empezaron a aprovecharlo, sobretodo Rojo y Di María.

 Las ayudas suizas para frenar a Messi eran constantes y no desaparecieron en todo el partido

Las ocasiones eran todas para los gauchos pero tampoco eran clarísimas. Y según pasaban los minutos Argentina se empezó a desesperar un poco. Di María volvió a cambiar de banda y empezó a crear problemas en el sector derecho de Suiza. Hiztfield lo vio y quito a un fundido y amonestado Xhaka, pero no saco a Stocker o Barnetta, tiró de la manta para atrás y saco a un Gelson Fernandes inédito hasta hora en la Copa del Mundo. "Trivote" al canto, aunque Fernandes se colocó en la derecha, pero estaba muy pendiente de las ayudas para cerrar al 10. Sabella también movió ficha y dio entrada a Palacios por un combativo, aunque poco acertado Lavezzi. Rodrigo se puso en la izquierda e intercambio su posición varias veces con Higuaín. Ninguno de los cambios tuvo gran trascendencia en el devenir del juego. Argentina seguía encerrando a su rival y Di María y Messi ya aparecían por cualquier lado, las ayudas para frenarlos tardaban un poquito más en llegar, Suiza pedía la prorroga, a la que llegó, sudando pero llegó.



En la prorroga los suizos cambiaron la disposición. Un fallón Drmic había dejado su sitio a Seferovic, pero este se puso detrás de Shaqiri, dejando que el jugador del Bayern se colocara en punta y no tuviera que defender. En el otro bando Rojo (con una amarilla que le hará perderse los cuartos) había sido sustituido por Basanta. La prorroga fue más abierta que el resto del partido. Argentina llevaba el control y atacaba más, pero el cansancio hacia que los suizos soltarán de nuevo algún latigazo. Las entradas de Dzemaili por un fatigado Mehmedi y de Biglia por un inoperante Gago eran la prueba de que cada vez había menos centro del campo. Cuando parecía que el partido estaba destinado a los penaltis un balón que pierde  Lichtsteiner en la línea de medio campo propicia la contra de Argentina. El balón le llega a Messi que ,!por fin¡, tiene campo para correr, sortea a un rival y atrae a tres jugadores suizos, se la cede a Di María que la enchufa con un toque sutil al que Benaglio, que lo había parado todo antes, no puede llegar. Se lo habían merecido los dos mejores jugadores argentinos del partido. No fue el fin del sufrimiento albiceleste, ya que en el tiempo añadido un remate de Dzemaili libre de marca da en el palo y el rebote le da al propio jugador suizo pero se va fuera. Respira Argentina, respira Sabella. No tiene mucho fútbol su equipo, pero parece que tiene la suerte de cara y ya está en cuartos. 

 En el último suspiro el remate de Dzemaili se va a la base del poste

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