viernes, 20 de junio de 2014

Uruguay sabe a lo que juega

Dos campeones del mundo estaban contra las cuerdas en la segunda jornada del mundial de Brasil. Apenas una semana después del comienzo de la competición ya nos encontramos con un partido decisivo entre dos grandes potencias del fútbol mundial. Uruguay cayó estrepitosamente ante Costa Rica en la primera jornada, dejando una imagen muy pobre, donde el fútbol brilló por su ausencia. Inglaterra le disputó un partido de tú a tú a la cuatro veces campeona del mundo Italia. Pudo ganar, pudo empatar, pero al final cayó derrotada. Las sensaciones, pese a la derrota, eran positivas en comparación con lo demostrado por Uruguay. El partido reflejó todo lo contrario: un conjunto con un juego, puede que un fútbol no muy preciosista, pero con identidad; contra otro que no se reconoce a su mismo y obtiene resultados por la inercia de sus estrellas.



Nos encontramos un día raro en Sao Paulo. Brasil nos tenía acostumbrados a un clima tropical, con calor y humedad. De repente vino el frío y el cielo estaba encapotado. Como el periodista Axel Torres expresó en la previa: “Es un día muy inglés”. Pero solo el tiempo se tiñó de los “Three Lions”. Los uruguayos abundaban las gradas, eran mayoría frente a unos ingleses algo escépticos con su equipo. Tal y como pedía la prensa inglesa, Rooney salió de enganche, por detrás de Daniel Sturridge y Sterling fue escorado a la izquierda. Tabárez, por su parte, metió en el once a Lodeiro para intentar generar algo más de fútbol. No generó mucho más que en el partido contra Costa Rica, pero el cambio fue positivo. Otra de las variantes de Uruguay fue la entrada de Suarez en el once. El delantero del Liverpool no estaba al cien por cien, ni siquiera al setenta, pero era el clavo ardiendo donde se sujetaban todos los hinchas celestes. El “caimán” no defraudó.

Cavani el satélite de Suarez

Pese a lo que pudiera parecer, Suarez no jugó por detrás de Cavani, fue más bien al contrario. El físico del delantero uruguayo del PSG puede engañar, no vamos a decir que no. Delantero potente, alto y que, en base a eso, se puede presuponer que la aguantará bien de espaldas. Es todo eso…y mucho más. Cavani tiene una capacidad solidaria poco común. Ayer tapó al doble pivote inglés casi el solo. El partido de Gerrard fue decepcionante y Henderson apenas apareció por las inmediaciones del área rival. Hodgson cree que su entendimiento en un Liverpool subcampeón podría funcionar en la selección. Ni contra Italia ni ayer contra Uruguay nos ofrecieron su mejor versión. Pero sigamos hablando de Cavani. El veintiuno uruguayo se encuentra muy cómodo con otro delantero a su lado. Ayer Cavani aclaraba las jugadas a un Suarez que no estaba en su mejor momento físico, pero que, en gran medida por el trabajo de su compatriota, fue el jugador decisivo del encuentro. 

El gol antes del descanso de Uruguay fue una afirmación del gran hacer de Cavani. Lodeiro, que aportó algo más de fluidez al ser un jugador que la recibía y la daba al primer toque, condujo una contra y se la dio en el momento exacto a Cavani. El punta de PSG se escoró a la banda, aprovechando los espacios tras un robo cuando Inglaterra salía. Cavani aguantó el balón y arrastró hasta tres marcadores a su posición. Mientras tanto, Suarez se desmarcaba a la espalda de Jagielka. El centro de Edinson fue de gran precisión y en el momento justo, si tenemos en cuenta la dificultad de este al estar rodeado de hasta tres marcadores ingleses. Suarez se alzó esperando que Phill no llegara a rozarla y cambió la trayectoria del centro hacía el lado contrario para donde Hart se estaba desplazando. Esto le pilló a contrapié  e hizo imposible la estirada de este.

Un ataque a impulsos

Inglaterra disfrutó de ocasiones, sí, pero fueron más peso de la calidad de sus hombres de arriba que por el juego realizado. Rooney la estrelló al palo y Muslera tuvo que esforzarse para evitar el gol de Sturridge al borde del descanso. Era un ataque a impulsos, sin un rumbo o plan claros de ataque. En el segundo tiempo Hodgson reaccionó, pero quizá tardó demasiado. Dio entrada a Barkley por Sterling y a Lallana por un desaparecido Welbeck. El centro del campo de Inglaterra pasó a ubicarse en un rombo: Gerrard como pivote más retrasado, Henderson y Rooney alineados algo más adelante con posibilidad de llegada y Barckely de enganche. Arriba Lallana para romper y Sturridge con libertad para moverse. Esto dejaba toda la banda para los laterales, que tuvieron una mayor presencia ofensiva que en la primera parte. 



El cambio de sistema tuvo su recompensa en forma de gol. Un desborde de uno de los laterales por banda generaría una superioridad clara en el área. Eso ocurrió. Johnson desbordó y ganó línea de fondo. Godín salió para evitar el centro, pero sin éxito. Los centrales, más atentos de Sturridge y Lallana, no pudieron frenar la llegada desde segunda línea de Rooney y Henderson. Fue el primero, tan cuestionado por su anterior partido en la banda, quien puso el empate en el marcador. El nuevo plan de Hodgson solo valió para el gol, ya que la resistencia uruguaya y el poco acierto de sus hombres les impidió remontar el partido.

De la resistencia a la victoria

Tras el gol de los ingleses, el combinado celeste se aglutinó en su área para resistir las acometidas rivales motivadas tras el gol. Resistir ahí era clave para, cuando esa presión ofensiva inglesa disminuyera, aprovechar el cansancio rival para salir con velocidad al contragolpe. Dentro de esa muralla, sobresalió la figura de Ríos. El “portero de discoteca” que Tabárez coloca en el medio es clave en el equilibrio defensivo. Roba, pelea, lucha y la juega simple. Un trabajador sin cualidades técnicas con un sacrificio monumental al servicio del equipo, esa sería una definición del papel de Arévalo Ríos en el conjunto uruguayo. Esa resistencia dio sus frutos, ya que el conjunto inglés no pudo marcar el gol de la remontada. Tabárez eliminó la presión ofensiva de Inglaterra con una variante táctica. Dio entrada a Fucile por uno de los mediocentros y colocó a Pereira acompañando a Ríos. Se pasó del 4-1-3-2 al 4-4-2 para proteger mejor las bandas. 



Uruguay estaba mejor, tras salir de esa presión tan agobiante. Pero el estado de los celestes depende de su máxima estrella, del mejor delantero del momento. Luis Suarez no pasa por su mejor momento futbolístico, pero aun así es capaz de decidir él solo un encuentro. Muslera sacó en largo, Suarez intuyó peligro y tiró el desmarque a la espalda. Cavani peinó, pero también tocó el balón el defensa de Inglaterra lo que invalidó el posible fuera de juego de Suarez. La potencia de su definición fue el empuje de todo un país, un pequeño país con dos estrellas en su camiseta.


Christian Sánchez de la Blanca Portillo  

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