sábado, 26 de abril de 2014

La mala suerte condena al Everton



El Everton de Roberto Martínez llegaba a Southampton con el único objetivo de llevarse los tres puntos de Saint Mary’s Park. A los toffees solo les vale contar sus partidos por victorias si quieren clasificarse para la próxima edición de la Champions League, pero se encontraron con un conjunto que, aunque ya no se juega nada, les puso las cosas muy difíciles y que sacó una victoria que destroza casi por completo el sueño de los de Liverpool, que lamentaron la mala suerte que tuvieron durante todo el encuentro.

Onces del encuentro.


El planteamiento de ambos equipos no nos dejó demasiadas sorpresas. En el conjunto visitante, debido a la baja por lesión de Mirallas, volvió a entrar un Deulofeu que está madurando como futbolista en el conjunto de Goodison Park y está contando como pieza importante, siendo un revulsivo bastante usado para el entrenador sabadellense en segundas partes. Además, las bajas en defensa de Jagielka y Distin obligaron a poner a una pareja de centrales bastante insólita, formada por el joven Stones y el veterano Alcaraz, que no está teniendo participación esta temporada.

Por otra parte, Mauricio Pochettino se decantó esta vez por un 4-2-3-1, con un ataque muy móvil en el que volvió a aparecer el joven Gallagher y alineando un doble pivote muy trabajador formado por Cork y Wanyama -en el que, eso sí, el primero tendría más libertad para subir que normalmente-, y con un ataque muy móvil, como nos tiene acostumbrados el conjunto sureño. Lo que buscaba el entrenador argentino con este medio del campo tan sacrificador era anular la línea de tres cuartos de su rival, especialmente a Ross Barkley, que se desenvuelve muy bien con espacios, pero también las internadas de Deulofeu y Naismith, que pueden aparecer por dentro.

El partido estuvo influido por una acción en el inicio que decantó la balanza desde muy temprano. Antolín Alcaraz marcaba un gol en su propia portería después de un centro de Lambert, que aparecía por banda izquierda. El inglés estuvo muy cómodo en el partido de hoy, ya que al contar con un compañero que también es delantero centro bastante puro, Gallagher, pudo moverse mucho más por toda su zona como le gusta y acabó encontrando espacios muy importantes para su juego. Así pues, en el primer minuto de partido lo aprovechaba, tirándose a una banda y esperando la internada del otro delantero que, pese a partir teóricamente desde la banda, apareció muchísimo por el centro. Esto volvió locos a los dos centrales toffees, ya que no tenían una marca fija, y cuando uno se quedaba más estático, el otro se hacía un espacio para crear peligro, teniendo en cuenta que la segunda línea también llegaban al área con asiduidad.

La jugada del primer gol, que se repitió varias veces


En la imagen también vemos la incorporación de los dos laterales. Esto fue una de las claves del partido, pues el Southampton tuvo que prescindir muchas veces de la posesión de balón, al ir ganando todo el partido, por lo que el Everton tenía que asumir la responsabilidad de llevar los tiempos. Esto hacía que las contras fuesen mucho más rápidas y peligrosas, pues se atacaba con dos hombres más por banda, que tenían espacio para correr al jugar sin extremos puros. Entonces, los dos laterales rivales tenían que estar atentos ante estas acometidas, y no podían arriesgarse a subir al ataque, ya que dejaban la espalda descubierta. Esto se vio en el segundo y último gol: Clyne llegaba hasta línea de fondo y centraba al área, donde esperaban muchos hombres de rojo… Aunque el que finalmente remató a puerta iba, otra vez, de azul.

Jugada del segundo gol

 El encuentro siguió igual durante la segunda parte. Roberto Martínez no encontró la forma de hacer daño a un Southampton que no sufrió en ningún momento y se mostró muy seguro ante cualquier posible ataque. El equipo no encontró en ningún momento a Naismith y Deulofeu, y aún menos a un Lukaku que tuvo que bajar a recibir porque no le llegaban balones en condiciones. No encontraban la forma de entrar entre tantos hombres de rojo que cerraron muy bien las líneas cuando fue necesario y que dejaron sin espacios a Barkley, siendo imposible que recibiera y obligando a Barry y McCarthy a jugar en horizontal. Los hombres de Pochettino no tuvieron ningún problema a la hora de defender y siguieron saliendo con peligro hacia la portería de Howard, llegando a reclamar dos posibles penaltis que no se pitaron y pudieron haber llegado a aumentar la ventaja. El partido, eso sí, acabó siendo un desastre en el apartado táctico, ya que los movimientos se hacían mal en la mayoría de los casos y se dejaban espacios innecesarios, pero el marcador no se movió más y el Southampton se llegó a permitir incluso defender con balón en campo contrario.

El Everton pues, acabó perdiendo un partido que no tendría que haber perdido si quiere llegar a la cuarta plaza, ya que el Arsenal se escaparía a cuatro puntos a falta de dos jornadas si ganara su partido contra el Newcastle, que todo apunta que lo va a hacer, siendo casi un milagro que los toffees los superaran en la clasificación. Entonces, parece ser que los gunnersvolverán a jugar la Champions una temporada más, pese a las múltiples críticas que recibe año tras año un equipo que está ante la oportunidad de ganar un título nueve años después.

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